Por ahi me dijeron: "¿Por qué no cambias de trabajo?" y debo contarle, a ella y al resto, por qué no lo hago.
Mi sueldo es bueno; el ámbito de trabajo no es el óptimo, pero tampoco es dificil de llevar; años sin un trabajo estable me hacen ser cobarde para dar el salto hacia otro lado.
Claro que me gustaría trabajar en otra cosa: que se yo, ser astronauta por ejemplo, o jugador de futbol, las cosas que deseaba de chico (nunca nunca quise ser policía, como muchos amiguitos míos... ¿será por eso que hoy estoy a la izquierda del espectro político?). O para ser más realista, me encantaría ganar guita en el campo en el cual me formé profesionalmente; no uso el termino "trabajar" porque laburo en mi campo, pero no gano un peso con ello: es lo que se dice "militancia laboral".
Y ahora me toca preguntar a mi, sin ánimos de ofender ni nada por el estilo, pero ¿cuantas cosas querés y no podés hacerlas o tenerlas? ¿Cuantas cosas tenés que dejar de lado porque no se adecúan a la realidad, a lo cotidiano? ¿Escapaste de la cobardía de lo cotidiano?
Porque yo no, yo sigo siendo terriblemente cobarde como para escaparme de la vida diaria, de mis obligaciones, de mi rutina.
Ahora estoy pensando que al final a veces me gusta ser gris... es como cuando comes algo agridulce: se mezcla lo antagónico en una misma cosa para hacer un manjar; o una comida vomitiva, de acuerdo al paladar de quien lo degusta.
¿O será que uno se acostumbra al gris? vaya uno a saber... hoy no me dan ganas de analizarlo...
martes, 29 de abril de 2008
lunes, 28 de abril de 2008
Arrancamos?
Cómo hacer para zafar del aburrimiento? Cómo hacer para cumplir con las obligaciones que nos imponen y nos autoimponemos?
La verdad es que no tengo ganas de hacer nada. Estoy gris, por adentro estoy gris. El aburrimiento es sólo un síntoma de ese gris que me va invadiendo día a día, que camina junto a mi sangre llenando las venas y las arterias...
Estoy cansado de la rutina, de hacer todos los días lo mismo. Estoy cansado de esperar fin de mes, de cuidar cada mango cómo si fuera el último y así y todo no me alcance. Estoy cansado de trabajar hace años en el mismo lugar, de hacer las mismas cosas una y otra vez. Estoy cansado de casi todos los que me rodean, de escuchar las mismas frases una y otra vez, de compartir rabias y odios, amores y dolores. Estoy cansado del mate de la mañana, del cafecito a los pedos en casa, del bondi rotoso que me trae al laburo. Estoy cansado de la misma música de todos los días, de la mía y la de los demás.
No se si a todos le pasará lo mismo, o si solamente me pasa a mi, pero no encuentro motivación en ningún lado. Y eso me cansa más que el resto de las cosas. Todas las noches me digo mintras trato de dormir "mañana me pongo las pilas, mañana tiene que ser distinto"; y pasa la noche y el día siguiente es igual, cansador, aburrido, gris... tan gris como yo, tan gris como mi sangre, mi cuerpo, mi mente. Tengo que hacer tantas cosas y no puedo arrancar; no entiendo por qué, pero no puedo arrancar. Y eso me tortura más que cualquier otro mal que pueda existir. Porque tampoco sirvo para hacer la plancha, no sirvo para quedarme quieto.
Y esa sensación me inunda, me llena por completo. Es como una cosquilla horrible que puebla cada rinconcito de mi cuerpo. Es una nausea incompleta, una alergia mal curada que sigue picando aún cuando no se ven las ronchas. Es muy feo lo que me pasa, porque estoy cansado de ser gris.
Quiero recuperar el entusiasmo, los colores, los aromas, las alegrías. No quiero pensar si llego a fin de mes o que pasa si la guita no me alcanza. Quiero recuperar las ganas de ser creativo, de imaginar nuevos relatos y de cumplirlos, de reirme de todo...
Empiezo a escribir por esto...
Espero que sea el punto de partida para volver a ser lo que fui.
La verdad es que no tengo ganas de hacer nada. Estoy gris, por adentro estoy gris. El aburrimiento es sólo un síntoma de ese gris que me va invadiendo día a día, que camina junto a mi sangre llenando las venas y las arterias...
Estoy cansado de la rutina, de hacer todos los días lo mismo. Estoy cansado de esperar fin de mes, de cuidar cada mango cómo si fuera el último y así y todo no me alcance. Estoy cansado de trabajar hace años en el mismo lugar, de hacer las mismas cosas una y otra vez. Estoy cansado de casi todos los que me rodean, de escuchar las mismas frases una y otra vez, de compartir rabias y odios, amores y dolores. Estoy cansado del mate de la mañana, del cafecito a los pedos en casa, del bondi rotoso que me trae al laburo. Estoy cansado de la misma música de todos los días, de la mía y la de los demás.
No se si a todos le pasará lo mismo, o si solamente me pasa a mi, pero no encuentro motivación en ningún lado. Y eso me cansa más que el resto de las cosas. Todas las noches me digo mintras trato de dormir "mañana me pongo las pilas, mañana tiene que ser distinto"; y pasa la noche y el día siguiente es igual, cansador, aburrido, gris... tan gris como yo, tan gris como mi sangre, mi cuerpo, mi mente. Tengo que hacer tantas cosas y no puedo arrancar; no entiendo por qué, pero no puedo arrancar. Y eso me tortura más que cualquier otro mal que pueda existir. Porque tampoco sirvo para hacer la plancha, no sirvo para quedarme quieto.
Y esa sensación me inunda, me llena por completo. Es como una cosquilla horrible que puebla cada rinconcito de mi cuerpo. Es una nausea incompleta, una alergia mal curada que sigue picando aún cuando no se ven las ronchas. Es muy feo lo que me pasa, porque estoy cansado de ser gris.
Quiero recuperar el entusiasmo, los colores, los aromas, las alegrías. No quiero pensar si llego a fin de mes o que pasa si la guita no me alcanza. Quiero recuperar las ganas de ser creativo, de imaginar nuevos relatos y de cumplirlos, de reirme de todo...
Empiezo a escribir por esto...
Espero que sea el punto de partida para volver a ser lo que fui.
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