martes, 29 de abril de 2008

Agridulce

Por ahi me dijeron: "¿Por qué no cambias de trabajo?" y debo contarle, a ella y al resto, por qué no lo hago.
Mi sueldo es bueno; el ámbito de trabajo no es el óptimo, pero tampoco es dificil de llevar; años sin un trabajo estable me hacen ser cobarde para dar el salto hacia otro lado.
Claro que me gustaría trabajar en otra cosa: que se yo, ser astronauta por ejemplo, o jugador de futbol, las cosas que deseaba de chico (nunca nunca quise ser policía, como muchos amiguitos míos... ¿será por eso que hoy estoy a la izquierda del espectro político?). O para ser más realista, me encantaría ganar guita en el campo en el cual me formé profesionalmente; no uso el termino "trabajar" porque laburo en mi campo, pero no gano un peso con ello: es lo que se dice "militancia laboral".
Y ahora me toca preguntar a mi, sin ánimos de ofender ni nada por el estilo, pero ¿cuantas cosas querés y no podés hacerlas o tenerlas? ¿Cuantas cosas tenés que dejar de lado porque no se adecúan a la realidad, a lo cotidiano? ¿Escapaste de la cobardía de lo cotidiano?
Porque yo no, yo sigo siendo terriblemente cobarde como para escaparme de la vida diaria, de mis obligaciones, de mi rutina.
Ahora estoy pensando que al final a veces me gusta ser gris... es como cuando comes algo agridulce: se mezcla lo antagónico en una misma cosa para hacer un manjar; o una comida vomitiva, de acuerdo al paladar de quien lo degusta.
¿O será que uno se acostumbra al gris? vaya uno a saber... hoy no me dan ganas de analizarlo...

4 comentarios:

aby dijo...

cuántos compartimos esa situación... a mi me gustaría trabajar en la radio, pasar música de acuerdo a mi ánimo, escuchar a los oyentes y responder mis pareceres ante esta vida...

pero no sé... no creo que sea tarde, pero falta ese impulso... espero poder animarme a ser de una buena vez lo que quiero ser!

saludos!
buen comienzo en el blog.


aby.

Elen dijo...

Quiero cambiar de trabajo.

Quiero mudarme.

Pero no es tan fácil...

Gabi dijo...

Tal vez la verdadera valentía sea la de asumir con dignidad las obligaciones y la rutina de la vida diaria, sin dejar de lado nuestras ilusiones y procurando concretar las ganas de realizar lo que nos gusta.
El que patea el tablero y no sabe dónde va a terminar, más que un valiente es un inconsciente.

LO*QUE*SEA dijo...

uy no!! que no te posea la tibieza, que triste es conformarse.
Nada mejor que darse cuenta que nuestra realidad la hacemos nosotros mismos , por eso de uno depende lo aburrida que sea.

ahhh y no se te olvide el factor tiempo...

perdon si sueno muy positiva, pero me fui de mi pais precisamente por esta ABURRIDA, y ahora la paso muy bueno!